La Traición y la Fe (comentario de cine)

La Traición y la Fe.


Parece ser que pasar estos días lejos del ruido o en meditación consigo mismo es igual que resignarse a la soledad y quedarse en Santiago, una crucifixión de la vida social, con la salvedad que el cine es lo único que permanece abierto en materia de esparcimiento para quienes no comulgan con el catolicismo pero que tampoco tienen la consecuencia de trabajar ese día.

El pensamiento de historiadores contemporáneos como Julio Retamal, recoge la decadencia de la Iglesia Católica y su influencia sobre la caída de la cultura de Occidente. Y no se aleja de lo cotidiano al hablar por ejemplo de la banalización de los rituales, la que para extender la fe ha llegado a tanto que todo signo sacro parece falso; de la misma manera La Sagrada Familia, película nacional estrenada recientemente, muestra cómo los chilenos vivimos estas fechas que, si bien, tienen una motivación religiosa, en realidad derechamente ya no tienen nada de santo. Y claro, nadie se espantó con la cinta, es más tuvo gran éxito.

Si antes nuestra idiosincrasia se recogía y alimentaba con la Biblia, hoy la abstinencia es el pretexto por antonomasia para preparar los más suculentos banquetes a base de pescados y mariscos. Poco a poco, la Semana Santa se ha ido desvirtuando , hasta llegar a ser un fin de semana más que sagrado, consagrado -sobre todo para la juventud -al carrete, con sus elixires enaltecedores del alma .

Y el espíritu se encuentra tan firme que la posible inocencia de Judas, que emite la National Geographic, es la muestra del relativismo actual que pone en duda todo y hace que a la hora de los miedos, la humanidad sea una sarta de guarenes temerosos porque no creen en nada o se sienten culpables de no respetar nada. Entonces finalmente qué es la fe, tal vez arrepentirse como el delincuente al lado de Cristo antes de su muerte, pero con un sentimiento harto más sincero que los de Paty López en la película y más verdadero que la queja del dolor de estómago después de haberse atiborrado con tanto huevito de chocolate, celebrando por algo que según un alto porcentaje de la población, pocos de verdad sienten …aunque no hay como advertirlo, al menos de Judas aún a ciencia cierta no lo sabemos.