Saturday, July 08, 2006

La Razón o la Suerte

La constante lucha entre empleadores y empleados (tema de nunca acabar) es la pelotita de un pinpón de proyectos de ley que se presentan y luego quedan estancados, nadie sabe por qué. Todos sospechamos por qué.

El manoseado tema de los subcontratistas y las posibilidades de hacer trabajar los sábados y domingo a quienes de lunes a viernes se parten el lomo en los bancos, son ideas que fueron yendo de la nebulosa a terreno concreto.

Pero como ocurre con la ley de la relatividad, todo depende desde que perspectiva se miren las cosas y de acuerdo a eso, mirar la parte llena del vaso, se alza como la alternativa meños dañina.

El problema está en que al velar cada uno por sus intereses y pensar en el egoísmo como trampolín de la superación -que se supone traerá el progreso para todos- se constituye en el líquido que para los poderosos llena el vaso con miel y para el resto con algo definitivamente más amargo.

Así las cosas, la lucha se impone como el sentido de la vida, y la selección natural indica al respecto que los más aptos son los que toman las riendas del ansiado progreso, en tanto que los demás serán el combustible para que el sistema siga funcionado.

Algunos trabajarán a disgusto, otros agradecerán la oportunidad y no faltará quien lea estas líneas sin inmutarse, dejando que la vida le pase, resignado a la dinámica de que unos estén ariba y otros abajo, o ilusionados con que justo salga la cara de la moneda que están esperando.
Si alguien vio Match Point, (la recientemente estrenada película de Woody Allen), tal vez piense que como en muchas otras cosas nuevamente es cosa de tener suerte.