Thursday, May 24, 2012

Trio Dramáticamente Perfecto

Luego de 30 minutos sobre los rieles fue bajar y enamorarse, así de simple. Navegando sobre el vaporetto fuimos internándonos por los intricados canales de este bellísimo lugar, admirando - por que no hay otro modo de decirlo - cada centímetro cuadrado de su composición. Al menos yo, no había imaginado tanta maravilla.



Hoy 19 de mayo dejamos Roma pero antes de ir a nuestro último destino en tierras italianas pasamos el día en Milán, la ciudad ícono de la moda. Tomamos el tren y dejamos nuestra maleta en la custodia de la estación, de ahí nos lanzamos a paso firme en busca del Duomo que deja con la boca abierta a cualquiera, de estilo gótico es completamente de mármol blanco y muy grande.



En un día que a juzgar por el calor la primavera había llegado para quedarse y la ronda se dio con todo relajo.Cerca de la afamada catedral encontramos una galería comercial preciosa, muy elegante y por supuesto carísima,cuyo sello eran las boutiques de lujo. Parecía un palacio con cúpulas y pinturas clásicas en el techo y como el lugar invitaba fue ahí donde almorzamos nuestra primera pizza que no resultó ser tan buena.

La  Vía Montenapoleone, es con toda seguridad  la culpable de que la ciudad sea tildada como la capital del diseño, gracias a sus tiendas de alta costura de productos impagables y la distinción de sus calles y construcciones. Así y todo encontramos un outlet que debió llamarse "desilusión" porque no era ni tan barato y además tenía puras cosas feas.

Continuando con la exploración nos topamos  la piazza Della Scala y el homónimo teatro que ostenta ser la ópera más grande del mundo  para luego terminar  en el Castello Sforcezco, precioso convertido en un museo. Estuvimos en Milán sólo cinco horas pero sirvió para hacernos una idea, y de paso clavarse una espina, es decir, quedarse con la ganas de conocer las orillas de río, así como también los barrios de Naviglio y Brera. Otra ruta interesante es extenderse y abarcar la zona del río Como que colinda con Suiza y tiene fama de ser uno de los parajes más bonitos de Europa.

Instaladas en el tren rumbo al nordeste vimos quedar atrás las tierras lombardas, descansamos un poquito y disfrutamos con un camino precioso, lleno de pequeños pueblitos, rios de puentes centenarios, castillitos y cúpulas góticas hasta que llegamos a Treviso. Ya entrada la noche y tras una larga espera por un taxi arribamos al Best Western al Fogher prácticamente a apagar tele.

En-sueño

Con la mamá nos fuimos al chancho con el desyuno y abusamos de la nutella, el resto fueron flanes, pasteles, distintos panes y hasta champaña :). Después de tamaña chanchada nos volvimos a acostar y dormimos hasta las 12, momento en que saltamos apuradas, había que correr para llegar pronto al lugar que más ansiábamos conocer: Venecia


Todo agua y construcciones antiguas, más bien antiquísimas, barquitos, góndolas con sus gondoleros de poleras rayadas, puentes grandes y fastuosos, otros más pequeñitos por los múltiples cursos de agua que se alcanzan a divisar desde el gran canal. Venecia es o son varias islas, un trozo de tierra dividido por algunos ríos y miles de canales que en alguna parte llegan al Adriático y que suben su marea en otoño y primavera con las consiguientes  incómodas y malolientes inundaciones.

Para ser más exacta las islas son 120*, las que en un principio estuvieron pobladas por pescadores; ubicada en la región del Véneto - al nordeste de Italia- ya en tiempos medievales tuvieron independencia y su propio sistema de gobierno, cosa que marcó claras diferencias con las otras ciudades del área, así como también lo hizo su desarrollo artístico favorecido por su ubicación estratégica entre oriente y occidente situación que también benefició su expansión comercial.

 De este modo Venecia llega a su  máximo esplendor alrededor del año 1450, data aproximada de la génesis de la mayoría de sus atracciones patrimoniales. Verdaderas obras del más fino arte que junto a su exclusiva geografía hacen de esta ciudad semiacúatica un lugar único en el mundo.


Aquí no hay autos ni motos y creo que casi ninguna bicicleta, la gente se mueve a pie o en bote, aunque ahora que hay "transporte público" y taxis lancha, se hace más complicado moverse en bote particular.Es absolutamente todo lindo y al menos en esta oportunidad no fuimos testigos olfativos de ningún mal olor. Todo era precioso, como de cuento. Con verdulerías lindas en sus callecitas angostas y empedradas con algunos edificios de más de cuatro pisos y macetas repletas de flores en los balcones.

En la Plaza San Marcos vimos la gran iglesia y los palacios que la circundan, imposible no acordarse de El Silencio de los Inocentes II o de El Turista. Ahí nos compramos unos wraps que devoramos sentadas en las escalinatas (es divertido ver a la mamá así) también cumplimos con el ritual de sacarse  la típica, aunque asquerosa foto con las palomas.

Esta vez el sentimiento y goce no dieron espacio a museos ni a guías. Con los pies en la que fue alguna vez (y por siglos) la Sereníssima República de Venecia, el dicho "menos es más" hace mucho sentido, pues recorrer a pie, sorprenderse y tomar fotografías es lo único que necesario para sentir que te empapas de felicidad.

El Imperdonable

Pero hasta el más simple de los destinos tiene su imperdible, que suele ser condición sin-ne qua non para poder afirmar que se estuvo allí. Por ejemplo la chorrillana es a Valpo como la Torre Eiffel es a París. Si gentiles lectores, me refiero al  paseo en góndola, que como podrán adivinar es carísimo**  pero logramos una rebaja cuando caía la tarde y con un gondolero guapísimo que estaba como pa raptarlo. Aunque nadie lo crea nos paseo por el gran canal, los museos y la residencia  de "Casanova" el famoso Donjuán italiano, así como por varios otros monumentos mientras nos cantaba, si señores!! a ratos nos cantaba y a ratos nos iba contando que Venecia tiene 60 mi habitantes y más de 400 puentecitos, un sueño!!!


No nos dimos cuenta cuando caminando entre cafecitos e iglesias centenarias ya habíamos llegado a la estación. En media hora estábamos camino al hotel después de haber visto el lugar más lindo que recordarán nuestros ojos.



La Mujer para casarse

 Treviso, que francamente es como para quedarse a vivir, tiene muchos canales, no tantos como Venecia porque aquí si hay autos. Pero es precioso, también conocida como "Marca"*** desde el medioevo,tiene todo lo moderno que necesita una ciudad pero situado en una estructura antigua.

Se practica pesca deportiva (vimos salmones) y nadan patitos junto a otra aves libremente. El paisaje lo completan molinos de agua y muchas flores colgando. Paseamos por muchos lados, vimos castillos y a pie llegamos hasta las murallas de la ciudad, descansamos en un parque donde convergen aguas y además de patos había cisnes y chivos, desde ahí se podía ver como algunas casas tenían  terrazas que parecían flotar y puentecitos para acceder a la puerta de entrada..

A pesar de tratarse de una ciudad pequeña, tiene variadas atracciones. Caminando por su casco histórico podemos visitar la Piazza dei Signori, el Duomo y si se está en plan romántico cruzar el famoso puente de la Vía Roma, para luego tocar distintos períodos de la historia en sus múltiples circuitos arquitectónicos donde se puede encontrar desde vestigios romanos hasta expresiones modernistas, y por qué no decirlo también arte contemporáneo,donde encanja a la perfección Fábrica, el centro internacional de investigación perteneciente a Benetton dedicado a la investigación del arte, comunicación y cultura.

Para quienes disfrutan del aire libre y los paseos los ríos Livenza, Sile y Piave ofrecen a sus alrededores viñas, conocidas por la producción de prosecco y atractivos paisajes para planificar salidas por el día.
Tampoco se trata de una orbe ajena al shopping y la oferta gastronómica que pone el énfasis en las tradicionales y deliciosas trattorias. Ahora si el panorama es ir a almorzar, atento a los horarios pues como buena provincia será imposible encontrar algo abierto entre las 15:00 y 17:00.

 Treviso conquista, si fuese una persona sería una mujer de belleza natural y vívida de esas que derrochan sonrisas. Si hacemos el mismo ejercicio con su turística y rica vecina, ésta sería la  femme fatale inalcanzable. La plácida Treviso es la chica para casarse, sencilla e inspiradora. Entonces pienso que tal vez no fue producto del azar que este fuera el lugar que vio nacer la creatividad de Luciano Benetton.









*      Incluyendo Burano y Murano, esta última conocida por sus coloridos cristales.
**    Hasta las 19 hrs la módica suma de cien euros.
***  Nombre que se daba a las tierras fronterizas donde ocurrieron actos heroicos.

Monday, May 14, 2012

Magnificum Vetus Fiorentiae

Tras la intensa Roma, llegó la hora de moverse un poco y madrugar para alcanzar el tren. A las ocho sonó el odioso despertador para salir por el día a la imprescindible Florencia, aprovechando nuestro Eurail pass y que sólo es hora y media de viaje :).


Al mediodía ya teníamos nuestros pies sobre los adoquines renacentistas de la  orbe que atestada de turistas nos recibió con el sol pegando en la sensacional Catedral o Duomo de Santa María del Fiore, que se alza imponente cubierta de mármol de los más inverosímiles colores con  sus cúpulas magníficas. Mirando el talento de Brunelleschi, de inmediato pensé en que aquí por suerte no terremotea sino, no quedarían de estas joyas en pie.

Almorzamos un menú con ensalada, vino y lasagna por nueves euros!! en un lugar precioso con terraza en la vereda frente al Duomo. La comida la bajamos cruzando el Ponte Vecchio y vagabundeando por c rincónes que  a cada momento me hacían agradecer a la desaparecida familia Médici por la generosidad de su mecenazgo.

Y es que a pesar de lo repetida de la frase realmente Firenze es un museo al aire libre que en su casco histórico*  desplegado alrededor de la Piazza della Signoria, presidida por el Palazzo Vecchio - antiguo palacio de gobierno en el medioevo- conjuga todos los elementos artísticos del renacimiento con llamativas plazas, museos y esculturas donde no es extraño ver la firma de las tortugas ninja**, Dante y Bocaccio por ejemplo. Después de todo estamos frente a la que fue la capital itálica en tiempos de la unificación.


Después de caer en algunas tentaciones de consumo del bien puesto mercado nos dirigimos a los corredores del Palazzo Pitti, pusimos la humilde y salvadora frazadita para muy flaitemente echamos a cerrar los ojitos un rato a las afueras del museo. El cansancio se nota, y como la cuota museística  ha sido suficiente no hubo culpa en no entrar a ellos y gozar la tarde paseando, sacando fotos y comiendo "panefortte", una especie de turrón de almendras con mazapán delicioso.

Como la ciudad que cruza el río Arno no es tan grande a las 18:30 nos fuimos a tomar el tren de vuelta a Roma donde dimos las últimas vueltas y camino al hotel reí otra vez al comprobar anecdóticamente que la mamá todavía confunde la "M" del Mc Donalds con la del metro.



* Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982
** Término coloquial para referirme a Leonardo DaVinci, Rafael Sanzio, Miguel Ángel y Donatello.

Thursday, May 10, 2012

Mítica y Sacra

Arrivato!!! Por fin llegamos a Roma. La cabeza del Imperio Romano, ciudad de las siete colinas, mamma de los fetuccini, Ferragamo y raíz de la cultura latina. 










Después de instalarnos en un muy bien ubicado y agradable Hotel Pacific, bastó poner un pie en la calle para que se pusiera a chispear y toda la producción que requería tan elegante lugar se fuera a las pailas en cosa de minutos. 


Caminamos hacia las murallas del Vaticano, cuyos museos estaban cerrados por ser domingo y luego seguimos bordeando el  Fiume Tevere o río Tíber, a orillas del cual más cinco siglos antes de que naciera Cristo, según cuenta la historia, se instalaron etruscos, sabinos y ausonios entre otros pueblos sentando el precedente de la que sería más tarde una de las más antiguas metrópolis del mundo.


Recorrer sus calles y los monumentos podría significar detenerse en cada esquina, a admirar el trabajo que se está viendo, a buscar la placa que diga que tan antiguo es o sencillamente preguntarse a qué se debe tanta mezcla entre figura antropomorfa y zoomorfa. Y es que acerca de Roma y sus antigüas leyendas Eneas* tendría bastante que contar.


Sin querer hicimos una buena ruta, le achuntamos pasando por la Piazza del Popolo, donde había novios casándose; por el castillo San Angelo, sus hermosos puentes circundantes y varios otros edificios patrimoniales hasta que sin darnos cuenta llegamos al sector más comercial donde flanqueda por LV, Gucci, Versace, Hermés y D&G encontramos una iglesia, la de San Marcello del Corso, sí estábamos en la famosa Vía del Corso donde empujada por el fervor religioso de mi madre entré a escuchar misa en Italiano.


Siguiendo el curso natural del instinto llegamos a la Piazza Spagna con su linda fuente, Iglesia y parquecito. Esa fue la última parada de el primer día en la Ciudad Eterna, un lugar fascinante con mucho que ver y harto guapo que mirar :).** 


El plan para este día era visitar el Vaticano, al ver que las colas para entrar daban vuelta la ciudadela cambiamos rápidamente al plan B: Coliseo, Piazza de la Republica , Ópera y degustar tiramisú. En cuanto al primero, sé que va a sonar burdo, pero no pude alejar mis pensamientos de Gladiador*** imaginándolo en éste, el que que fue el anfiteatro más grande del imperio para esa época (siglo I) enfrentándose a los leones mientras el público en las gradas grita y el emperador dubitativo piensa si bajar o subir su pulgar. El lugar es precioso, la entrada es cara, pero es un must a pesar de que se va sólo a mirar.





Estamos a mediados de mayo y aunque el termómetro marca 20° de temperatura el viento corre fuerte y frío, así que mejor fue tomar el mapa y seguir caminando por lugares tan curiosos como el Palacio Quirinal****, antiguas fuentes y obras arquitectónicas, todo esto rumbo a la Fontana di Trevi: preciosa, impresionante pero repleta de turistas, nunca pensé que el colapso sería tanto. Igual no más logramos sacarnos buenas fotos para más tarde tomar sendos gelatos sentadas a su orilla.


Pero El Vaticano era algo que debíamos solucionar. ¿Cómo asegurarnos? Muy fácil: a través de la tecnología.  Al comprar vía internet  las entradas te ahorras la fila, si bien son un poco más caras, de todos modos vale la pena, pues como ya sabemos cuando se está de viaje el tiempo es oro y además recorrer sus museos es lo suficientemente agotador como para querer agregar a eso horas de espera.


Ahora venimos de vuelta de Florencia en el treno, voy tomando una copita de espumante y mirando los verdes paisajes toscanos. ¡Qué maravilla! Prometo que la próxima vez arrendaré un auto para ir parando en cada pueblito. Con esta inspiración y plenitud me largo a contarles como vivimos la visita a la máxima institución de la Iglesia Católica.


La Vatiexperiencia

Hoy nos levantamos a una hora decente para aprovechar al máximo la visita a la Santa Sede y sus museos. Vimos todas las salas, creo que sólo faltó la etrusca y también entramos a la Capilla Sixtina que era harto más fome y chica que lo que recordaba de los libros de historia. Para el final dejamos la Basílica de San Pedro junto la homónima plaza que por su tamaño bien puede albergar en su semicírculo el court central del estadio nacional y que asombra debido a su formidable estructura que elegantemente es vigilada por estatuas de santos y la guardia suiza.


Como todos sabemos (o deberíamos saber) el Vaticano es gigante, un estado independiente, el país más chico del mundo con menos de mil habitantes, en su mayoría pertenecientes a la curia. Recorriendo sus dependencias logro entender por que dicen que tiene tanto dinero, y es que la cantidad de obras de arte suman una cifra altísima, no sólo en plata, también en siglos.  






Por supuesto vimos la piedad y también y una galería con muchas esculturas de mármol que representaban animales, eso me encantó. Los otros salones que más me gustaron fueron el egipcio, con sus momias y sarcófagos y el cartográfico completamente cubierto con puros mapas antiquísimos  de las distintas regiones de Italia, pintados en sus paredes...frescos? no lo sé pero si muy bonitos.


Emprendimos la retirada sin haber visto aquella gran cúpula donde Venus y Dios se tocan con un dedo, había demasiada gente, teníamos hambre y estábamos agotadas. Tampoco me fue posible encontrar a la loba Luperca que alimenta a Rómulo y Remo, capaz que ni siquiera estuviese allí.

Rendidas y sobre las tres de la tarde estábamos con un colmillo de antología, perfecto para disfrutar de un nutritivo menú con pastas, pollo, papas, ensaladas, vino y de postre: panacotta con frutos del bosque y unas tartaletas muy ricas. La atención buenísima, el nombre del restaurant...no me acuerdo, sólo sé que estaba en una esquina, dentro de los confines del estado sacro y cerca de la salida. Después de eso la siesta era un derecho.








* Eneas: mítico héroe de la Guerra de Troya
**Como se podrán imaginar esta coquetona autora recibió más de una invitación, que por      cierto los ojos maternos desaprobaron de un pantallazo.
*** Película protagonizada por Russel Crowe 
****Lugar donde hacía de las suyas Berlusconi.







Friday, May 04, 2012

Bienvenue à Paris, Va te faire foutre



De París podría decir lo más redundante, que es una de las ciudades más lindas, que sus habitantes son pesados y un largo blá blá. En la mayoría de los casos la experiencia viajera se recuerda como algo maravilloso y no diré lo contrario. Pero también es un aprendizaje que incluye lugares y sensaciones que quisiéramos repetir bajo otras circunstancias. Aquí les refiero el punto negro de nuestro viaje, en conciencia de que  unos cuantos me van a odiar.


Trabajosa fue la llegada a una  muy mal atendida estación de trenes norte. ¿Qué más? El metro es un asco, viejo y sucio, ascensores y escalas mecánicas casi inexistentes, hicieron que llevar una maleta se transformara en una odisea. Bienvenidas a París, en fin. El punto culmine vino cuando  explotamos de la risa (no sacábamos nada con llorar) llegando al hotel* que se veía raaasca y eso que costaba nada menos que 100 euros la noche, sin desayuno. Sin duda el más caro y malo de toda la estadía junto a mi madre.


El barrio Saint Paul, uno de los más antiguos y lindos fue testigo de nuestra primera caminata parisina. Pese a todos los pronósticos una amable señora deseosa de practicar su español nos ofreció orientación, partir por el mentado barrio fue su sugerencia y no se equivocó. Claro que el espanto no tardó en llegar a nuestras caritas al ver lo caro de la comida y en general de todo, así deambulamos hasta que la hora de almuerzo reclamó su lugar.

Cerca de la lindísima plaza de Les bosgues flanqueda de unos clásicos edificios de departamentos encontramos un típico café, de esos con las mesitas afuera donde por fin comimos unas exorbitantemente caras ensaladas y mucho queso. - hasta aquí casi de cuento...lo que viene formó parte de una película de terror, la mía- Pero no acompañar aquello de una baguette es como no estar en Paris.

 Está bien, todos conocemos su sabor y aunque me atrevo a aseverar que las chilenas son más ricas,  era un ritual que en ese momento me hizo perder la memoria y tras sonreír como si fuese un hito de la humanidad, le pegué el mordisco, de frente y con ganas, sellando con ese gesto el que hoy es un lastre de un año. El "crack" que sonó no fue del famoso pan. Con horror comprobé que había sido una de mis paletas. Colgaba. Me angustié e hice todo esfuerzo por disimular. Con el incisivo superior frontal derecho pendiendo de un pellejito me propuse aguantar hasta España para llamar al seguro y así poder darme a entender en mi propia lengua, sin saber que ya desde ese momento estaba casi todo perdido.


Posterior al macabro episodio caminamos en dirección a Notre Dame, con la boca abierta (en mi caso es una expresión) de admiración ante la belleza y enormidad de esta ciudad que se extendía interminable ante nuestros cansados pies, que  encontraron el descanso perfecto en el clásico paseo en bote por el Sena. Precioso, yo no sabía la cantidad de puentes que lo cruzan.

Ahora me explico lo romántica que es esta ciudad, cuando veo a una anciana pareja sobre la pasarela de las artes o puente de los enamorados, donde los últimos ponen simbólicamente un candado para sellar su amor. Eran tantos que desde la barca se veían repletando las barandas, la idea contempla también tirar la llave al río y la variedad da para todo,comenzando por los comunes y corrientes hasta aquellos personalizados con nombres, corazones y fechas.

Sin ganas de ir a comer afuera, compramos algunas provisiones en el almacén contiguo al hotel, atendido por un marroquí. Ya en la súper suite echamos mano al resortito hervidor que por poco hace corto circuito pero que igual salvó (sospecho que por última vez) y comimos pan con queso crema.
Agotadas por tan acontecido día y con  mamá de pies extrañamente hinchados nos acostamos a dormir, habíamos reservado un city tur para las 11:30 del día siguiente.






Amaneció el día lindo  



Pero los pies de la mamá igual de hinchados, incluso un poco adoloridos, igual aperró con el tur después de nuestro casero petite dejauner. Pasamos por todos los edificios, calles y monumentos a los que "hay" que ir. Eso sí el sol estaba engañador, hacía bastante frío y al poco rato nuestras tenidas de parisina glamorosa se fueron a la cresta porque nos tapamos con las zafradas que tan patriotamente rescatamos del tren. No sea mal pensado,son de regalo.

Para no ser latera puedo resumir que nuestro itinerario partió en  taquilla Sant Michel, pasamos por la Madeleine, Notre Dame, Louvre, Champs Eliseos, Arco del Triunfo (Enooorme), el hospital de los inválidos, la Escuela Militar, la Ópera, Plaza Vendome, y como no la imponernte y archimanoseada Torre Eiffel. Como la idea era hacerlo cómodo y sin sufrimiento me conformé con fotografiarla sin subir: No estaba dispuesta a hacer una cola de diez cuadras.,

De vuelta nos bajamos en el Barrio Sant Germain - sector de intelectuales y jazzistas con su apogeo pos segunda guerra- y luego de recuperarnos del impacto ¡20 euros p/p un menú muy básico! el Tata Dios nos iluminó y encontramos una deliciosa creperia cuya oferta de crepe salado + bebestible + crepe dulce, apoteósico con mousse de chocolate y crema era más que decente. Con el ombligo eyectado recorrimos un poco más en las cercanías de la Universidad de La Sorborna.

Paseamos por Galerías La Fayette, donde pensé tirarme al sena con una piedra amarrada al cuello por tanto Dior y otras exclusividades a precios inalcanzables, ya en los zapatos casi me pongo a llorar, lo más penca era Pura López y un modesto calcetín se empinaba por los 100 euros.


Mala Pata


Llegó el momento en que las piernas de mi madre ya no dieron más. A las 5:30  estábamos de vuelta en el hotel para llamar al seguro,el estado era crítico y encontramos muchísima dificultad para comunicarnos. A la hora nos visitó una amable doctora que tras chequear la situación dejó gestionado el traslado a un hospital para que mi acongojada mamá fuera examinada por un especilista.

Mi odio por los franceses empezó a incubarse tres horas más tarde cuando todavía no llegaban a buscarnos. Cerca de las diez de la noche llegó una ambulancia -sí, además de camello también paseamos en ambulancia!- tripulada por un par de ineptos que fuera de depositarnos en un hospital público horrendo no hicieron nada más. Nadie nos entendía, ahí esperamos tres horas más rodeadas de gente bastante rara. La única diferencia con un hospital santiaguino es que aquí el baño no era sucio y se podía amenizar la espera con revistas. Por poco incedio el recinto de ira cuando sólo le dieron a mi paciente dos paracetamol y a las dos de la mañana el tal por cual del famoso seguro nos dijo que nos arreglaramos como pudiéramos porque él no podía hacer nada más.

Tiradas en esta mierda, sin solución apareció de la nada un grupo de españoles que amablemente nos ayudaron a conseguir un taxi donde por casi cuarenta euros nos subimos mi enferma madre, la impotencia y yo.

Franceses ignorantes!!! hijos de sus hermanas!!! (ni se imaginan la rosa espinosa que dejaría fluír) Se las dan de súper civilizados y en educación y atención al turista no les llegan ni a los talones a los marroquíes que siendo pobres y todo hablan tres idiomas!!!

Al desayuno decidí que los del #$"$&%king seguro recibirían el reclamo de sus vidas al descubrir que nos habían llevado al hospital equivocado. Moraleja: jamás compren los seguros de viaje que ofrecen en el Banco de Chile ni en su agencia de viajes Travel Club, son una estafa y además operados desde argentina. Valor! Grrrr y más grrr

No seguiré ahondando en las incomodidades y negligencias producto de la mala elección del famoso seguro. Sólo me remitiré a decir que la compañía se llama Universal Assistance y que el servicio es ofrecido por varias agencias de viajes bajo distintos nombres. El resultado fue dos días perdidos en Paris, y un sinfín de malos ratos.


Episodios como estos quizás influyan de manera negativa en cuanto a la impresión que uno se lleva de un lugar, sobre todo la primera vez que se lo visita. Pero si a esto le sumamos la tradicional "simpatía" del franchute y la escasa limpieza de los espacios públicos. La bella ciudad luz se va haciendo cada vez más parecida a un lugar hostil impulsando las  ganas de irme luego a Italia.


Pero como ya estábamos acá, no nos íbamos a quedar de brazos cruzados, el Louvre era el gran pendiente, ya lo habíamos divisado desde el bus del tur, pero estar ahí parada en medio de los patios de ese palacio con sus vanguardistas pirámides es otra cosa. Pasamos toda la tarde recorriendo uno de los o quizás el museo más famoso del mundo.

Fue imposible dejar de pensar en el Código Da Vinci y obviamente hicimos una memorable sesión de fotos, incluída aquella con la Mona Lisa que a sabiendas de lo majadero del comentario, es efectivamente tan chica y fea como dicen.

No lo recorrimos todo, por el bien de las patitas de mi mamá y porque tanta gente y cosa de verdad que marea, es too much! El que dice haberlo visto entero, o vive en Paris o miente, eso es seguro.

La recompensa del día vino a la salida cuando tras comprar algunas cosas ricas nos echamos en el pasto de los jardines del museo como unas parisinas más y  nuevamente aperadas de la farazadita del tren a disfrutar de la primavera con un improvisado picnic.


El ultimo día fue para visitar Montmatre y por qué no decirlo, también para reconciliarnos con este pedacito de Francia. Visitamos la Iglesia de Sacre Cor, en lo alto de una colina, de cientos de escalones pero muy linda. El dato freak fue un tipo con una malla colaless (si, tipo Borat, amarilla) sacándose fotos en la puerta del sagrado lugar para ganar un concurso en Facebook. Me moría de ganas de sacarme una foto con él, no lo hice porque me dio plancha, si seré pava no?

El barrio me encantó, con tienditas de diseñador y otras con los mismos suvenirs que hay en todos lados** Entremedio de todo aquello nos topamos una joyita para dejar babeando a cualquier mujer, una increíble tienda de cueros con precios razonables en pleno París "Le petite Marroquinerie" era el nombre del descubrimiento. Una cartera para ella y una chaqueta para mi fueron el merecido bálsamo para olvidar tanto mal rato.

Caminamos en dirección a Belleville, no llegamos pero nos adentramos en los barrios indios y árabes, un turcito curioso e impagable que sospecho  muy pocos turistas conocen y que fue el toque perfecto para depedirse del país galo.





*Hipotel Paris Nation, Metro Porte de Vincennes
** Eso me ha impresionado, en todos los países que hemo visitado, salvo Marruuecos, venden los mimos recuerditos, made in China sólo cambian los colores típicos.