Martes 27 de julio. La kuky y la mamá me fueron a dejar al aeropuerto y oh! Sorpresa, llegó una de mis hermanas con toda la tropa a despedirme. Fue muy emocionante y divertido, una despedida tipo los Cárcamo, con gritos, regalos
espirituales, llantos etc. A mi también se me escaparon los lagrimones, igual
que a la mamá…esa es mi gran penita, que la echaré mucho de menos. Hasta
policía internacional me acompañaron y mi amiga como una más del clan.
Dentro del avión, en mi fila (de a cuatro) sólo iba un tipo sentado en la otra
punta, y como se durmió antes que yo, me avivé y me fui estirada durmiendo, con
dos copitas de vino y una película en el cuerpo. Puntualmente a las 4:00 hrs. del jueves 28 (en Chile las 12:00 hrs. del miércoles 27) aterrizamos en perfectas condiciones en una lluviosa Auckland, la ciudad más poblada de Nueva Zelanda para iniciar esta nueva
aventura.
El día 27 prácticamente me lo comí. En el avión conocí unos
péndex que vienen de intercambio escolar, juntos pasamos policía y aduanas como
si nada, con suerte nos pidieron la visa y no hubo revisión de maletas. Me quedé esperando un rato a que amaneciera
y me subí a una micro que te deja en el centro, me encanta, igual que en
Europa! Vale $6500. Y aunque un NZ dólar equivale a CLP$390, yo prefiero tomarlo
como si fueran $400 para estar más tranquila con mis finanzas.
Nick junto a Jasmine (los amigos de Juano) me van a recibir
por unos días. Habíamos quedado que yo lo llamaría cuando llegara a la torre
grande que sale en las fotos, la supersónica que sale en todas las postales. Llegando al lugar cargada de cosas, caché que no tenía cómo llamarlo, así
que me metí a un café para conectarme y lo llamé por skype, a los 10 minutos
había llegado.
Él es alto y como me dijo la Vero, es bien relajado, en su
van metimos las cosas, fue raro cuando me dijo que él manejaba (porque yo
estaba parada al lado del conductor), Ahí caí en cuenta con espanto que acá
se maneja para el otro lado.
La casa de N & J es exquisita y tienen una guagua que es
realmente una muñeca, se llama Beatrix. La amé, tiene unas pepas azules muy
lindas, es muy tranquilita y ni llora.
El estilo es muy vintage, con cocina americana y las ollas
colgando del techo, muy calentita, con piso de madera. Viven acá el
hermano de Nick, Jarred junto a Aneta, su novia polaca que es muy linda.
También Panda, una chica de Taiwán, la mejor amiga de Jasmine, quien es canadiense pero vive hace muchos años aquí. Esto es como piso
compartido, pero en versión adulto joven, y al parecer bastante más tranqui.
Llegué y muy amablemente me ofrecieron desayuno, la verdad es
que ya había tomado dos veces así que me duché y ese momento fue glorioso. A las 11, N ya me había dejado en el centro y estaba
comprando mi celular. Había varias tentaciones, pero me moderé y opté por un
nokia como el que ya tenía pero desbloqueado. Además compré una bolsa de 2000 mensajes
de texto y un par de adaptadores de corriente. Mi compañía de celular es 2
degrees. Hice cundir el día y dejé tramitado mi ID number que debería estar
en unos 10 días. Ya sé que no están leyendo nada muy excitante, pero son detalles que nadie que quiera ir a pasar una temporada en Aoteaoa puede pasar por alto.
En la noche luego de caminar como
nunca en la vida, N & J como los buenos anfitriones que son me prepararon
una comida especial “lamb” (pierna de oveja) con distintos tipos de papas,
betarragas y cebollas ñam ñam. Esto fue tipo 6 (acá comen muy temprano) como
a las 7 yo ya no daba más del sueño.
La hora de meterme en el saco de dormir fue lo máximo,me acomodé deliciosamente en el sofá “couch”, que desde hoy será mi cama y por primera vez en años me dormí antes de las 22:00 hrs. invalidada por un sueño muy profundo. El cierre de un primer día en Oceanía que nada hacía presagiar todo lo que vendría después.