Sunday, August 27, 2006

El que no llora no mama

mujerinvisible


¿Qué haría usted si le cambian a su guagua? Cada día parecen ser más el tipo de cosas que se inscriben en el ámbito de lo increíble pero cierto, seguro que no deben ser aquellos niños del hospital de Talca los primeros ni los últimos en ser los objetos de tan singular y macabro trueque, pero parece ser peor todavía que el hecho de haber descubierto la verdad lo que tiñe de un oscuro matiz, cuando la equivocación nunca ha sido empresa de malas intenciones.


Negligencia, error, mala voluntad o como se le llame, casi un año entero criando a un hijo con ilusión para luego descubrir que no es el propio es un golpe fuerte, considerando que no sabemos de qué forma esta siendo atendido, qué manos lo están tocando y tener una incerteza perturbadora de cómo dejar de querer a ese niño que se pensó propio y que la sola idea de dejarlo anuda la laringe.
Lucy Soto, debió tragarse 11 meses su sospecha, pero el instinto y el amor de madre demostró que puede cobrar una fuerza tal como para sentir que es carne de tu carne alguien que en realidad no lo es. Al que se ha amado no es tu hijo y debe comenzar el aprendizaje de conocer a quien sí tiene tus genes. Para nadie es un secreto que los tres primeros años de vida de un ser humano son fundamentales para su desarrollo emocional y el apego familiar, y en ese sentido lo pasado es pisado y nadie podrá borrar el sagrado año que se tejió entre una madre y su retoño.

Dada la situación hoy lo que se vislumbra es una suerte de matrimonio en el que se enlazan dos familias producto del azar, una unión peculiar con dos padres, dos madres, un cúmulo de dolor, impotencia y un par de niños inocentes que ahora son tierra de nadie, o hijos compartidos. Qué redundante. Qué enredo.

¡Que venga el castigo! No se haga esperar, sin embargo el inicio de una vida es algo que no se repara, un perdón ya no sirve y el reloj jamás en la historia del hombre se ha vuelto atrás para desvivir sus vidas. Todos opinaron, y los chilenos en sus casas, trabajos y círculos de amistades de seguro este mes emitieron al menos un comentario al respecto, o mejor dicho un lamento, qué cómo alguien pudo; que el sistema de salud pública es tan malo.

Pero las voces callan a la hora de mirar una arista diferente, aquella que se pregunta o que trata de afirmar que la vida no es perfecta, que la gente se equivoca, que verdaderamente no existió una intención de provocar daño, que nadie ganaba cambiando las pulseritas y que al final de todo lo que más nos hace llorar suele tener mayor recompensa; parieron un hijo y finalmente se quedarán con dos; tal vez hubiese sido mejor no enterarse nunca de la verdad, ¿ Y qué hay con eso? Que a cada persona le llega hasta el límite de lo que puede soportar, ni menos, ni más.